Gracias

A mis queridos lectores:

Hoy, cuando todos los que pertenecemos al mundo de las letras estamos preparándonos desde nuestras respectivas trincheras para la fecha más importante en nuestro calendario, entre la creación de escritos que le insinúen al lector que nuestros libros son una buena alternativa que llevarse a casa para acompañarlos en esas sesiones de espacio-tiempo tan especiales, cuando emprenden el viaje a través de las páginas que hemos escrito con tanto esfuerzo y cariño, en las que hemos vaciado una parte de nosotros mismos, deseo detener mi trabajo y tomarme un momento para agradecer a mis queridos lectores su presencia en mi vida.

Más allá de rendir un homenaje a dos gigantes de la escritura, Cervantes y Shakespeare, el 23 de abril celebramos las letras. Lo más especial de este día, para mí, es que ambas partes, las que conforman la causa y el efecto del acto de escribir, se encuentran en un mismo punto y por el mismo motivo, festejar el libro y la lectura en una celebración en la que se tocan los dos extremos del proceso creativo: el lector y el escritor, el emisor del mensaje y su receptor. Los dos se darán cita en breve en un acontecimiento que aglutina deseos: el del escritor que aspira ser leído y el del lector que andará a la caza de próximas lecturas.

Llegan a los grupos de escritores y editores diferentes programaciones para las ferias del libro locales, en las redes sociales aparecen los carteles de invitación, verdaderas obras de arte en algunos casos, se ultiman detalles en la logística de instalación de kioscos, se asignan fechas y horas a editoriales y escritores, cajas de libros viajan por todo el mundo, aumenta el nivel de expectación.  

Gracias a todos los lectores por hacer que esto sea posible, por dar vida a nuestro trabajo a través de su descubrimiento y disfrute. Gracias, muchas gracias de corazón a quienes van más allá de un nombre y una cubierta y se adentran en la lectura de un libro para hacer suya esa historia, quienes no temen arriesgarse probando algo nuevo. Gracias a los valientes que apuestan por quienes hoy son desconocidos en el mundo de las letras, pero que gracias a su valioso apoyo podrían llegar a ser los referentes de un mañana quizás no tan lejano.

Pero, sobre todo, gracias, muchas gracias a mis lectores, a quienes le regalan un poquito de su tiempo a mis letras y a mí un comentario amable, tan importante, cuyo significado final siempre es el mismo: sigue, no te detengas, algo debes estar haciendo bien si alguien te dedica unas palabras.

Cumplido mi deseo, retomemos el trabajo, que aún, y siempre, hay mucho por escribir.

Feliz día.

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