Valiente es quien nunca baja los brazos, ni siquiera por el peso de sus miedos.
Valiente es quien le sonríe al miedo, quien se adentra en el peligro temblando como la llama de una vela, pero continúa buscando la luz, quien lucha a pesar del temor, quien no se deja tentar por el camino fácil y afronta sus decisiones con entereza.
Valiente es quien no duda en obsequiar un “te quiero”, una sonrisa y una caricia, quien se entrega sin pedir nada a cambio ni sospechar el desenlace de la historia.
Valiente es quien reconoce sus errores y ofrece una disculpa sentida, quien brinda ayuda a quien no la quiere ni sabrá valorarla, quien sabe lo que tiene que hacer…y lo hace.
Valiente es quien se atreve a probar cosas nuevas y no teme mojarse bajo la lluvia de las críticas, quien sigue sus instintos y decide confiar en su capacidad, y también es valiente quien desde el otro lado dice la verdad mirando a los ojos, aunque duela, aunque les duela a los dos.
Valiente es quien no juzga, valiente es quien apoya y quien ejerce a plenitud sus principios y valores sin detenerse a pensar si están pasados de moda.
Valiente es quien traga grueso y sigue adelante, es quien no confunde el coraje con la rabia, quien no duda en usar la música para calmar a las fieras.
Valiente es quien no teme entregarse a sus sueños con pasión.
Valientes somos todos los que nos atrevemos a darle las gracias a la vida por un nuevo día cada mañana, aun ignorando lo que nos deparan las horas.
Inspirador Irene. ❤️ Muchas gracias. Un abrazo.
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Gracias, Filipa, abrazo fuerte de vuelta.
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💝
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Esto es una gran verdad, saludos
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Gracias, Oscar, celebro que mis letras te hayan llegado. Gracias por la visita y el comentario.
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Hay muchas formas de demostrar la valentía y entre ellas tus palabras así lo demuestran.
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Me faltó decir que escribir también es cosa de valientes, sobre todo cuando estás rodeado de enanos que constantemente te quitan el sueño, más no la imaginación. Un abrazo, Joiel, gracias por la visita y el comentario.
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