Saber escuchar.
Escuchar, quizás debería decir escucharse, hoy, ahora y siempre es un buen momento para oír a esa vocecita a veces incómoda que nos da su consejo aunque no se lo hayamos pedido. Es una voz antigua, tatuada a fuego en nuestro ADN. Siguiendo su consejo salimos de las cavernas y llegamos a las estrellas.
Rara vez se equivoca y cuando lo hace es o bien porque no disponía de la información completa o porque se dejó arrastrar por esa caja de fuegos artificiales llamada entusiasmo, pero siempre actúa en pro de tu bienestar.
Te habita, te conoce, sabe lo que te hace feliz y de lo que eres capaz antes que tú mismo, sabe qué te lastima y cómo y cuándo debes enfrentarlo, carece de prejuicios y rara vez se guía por los estereotipos. Te dice cuándo soltar y cuándo virar el rumbo, cuando ha sido suficiente y ha llegado el momento de explorar cosas nuevas.
Escúchala, esa vocecita se llama intuición y solo quiere lo mejor para ti.

Sí, es verdad. Yo siempre la escucho y esta muy presente en mi vida. Un saludo.
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Gracias por pasar y comentar. Feliz fin de semana.
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Sobre todo, a veces, cuando le gritas «¡cállate!» porque son sus palabras las que no quieres pero necesitas escuchar.
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Excelente, Irene.
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