El juguete perdido

Hace algún tiempo anduve filosofando por aquí sobre “Escritores, editoriales y prejuicios”, me preguntaba, en esa oportunidad, cuál sería la mejor alternativa para un escritor al momento de publicar su obra: acudir a una editorial, o hacerlo mediante la autoedición con Kindle Direct Publishing, KDP, por sus siglas en inglés. Pueden leer al artículo completo aquí https://mibitacoradigitalirenedesantos.com/2021/09/01/escritores-editoriales-y-prejuicios/. Hoy, después de culminar mi último proyecto, El juguete perdido, mientras me dejaba la piel promocionando el anterior, La máscara del verdugo, tengo una respuesta.

Gracias a aquella máxima acuñada por las editoriales que reza “el autor debe involucrarse en la promoción de su obra”, me vi obligada a adquirir nuevas destrezas para “involucrarme” en la promoción de La máscara del verdugo: hice un curso de marketing de contenidos en la Universidad de La Laguna, del que surgió este sitio web, mi querida bitácora de letras; aprendí a usar las redes sociales, con el invaluable asesoramiento de una experta en comunicación, Florángel Quintana, https://www.linkedin.com/in/florangelquintana/; abrí una cuenta en Instagram https://www.instagram.com/irene_de_santos/?hl=es, experimenté con el uso de herramientas de diseño gráfico y composición de imágenes y videos, y, lo más importante, a lo largo de este proceso logré alcanzar a muchos lectores, he conocido personas muy agradables, con quienes mantengo intercambios literarios interesantes.

Me involucré, y de qué manera, hasta el punto de la extenuación, de ver cómo se alejaba cada día la fecha de finalización de El juguete perdido, porque no podía desentenderme de la promoción de la novela publicada. La vida es una gran maestra, y el tiempo pone las cosas en su sitio. Hoy le doy gracias a mi editorial por haberme llevado con su exigua actuación a emprender este camino en solitario. Cada vez son más los escritores que apuestan por la autoedición y comparto su visión, he decidido unirme a ese ejército de aventureros. No fui de las primeras en saltar al mar, quizás no consiga las mejores olas, pero hay olas para todos.

Además, nuestro trabajo hablará por sí mismo, será su calidad la que se gane un lugar en el corazón de los lectores.

Sin más preámbulos, aunque sí quiero detenerme un momento para agradecerles que hayan llegado hasta aquí, les presento mi última novela: “El juguete perdido”.