Escribo para atrapar momentos, para asir en el recuerdo experiencias hermosas y derrotar así su carácter efímero, sean estas felices o tristes; todas son importantes, todas nos conforman. Escribo para ser cronista de las fantasías y realidades de mi época, para guardar registros de vida, esos que permiten reconstruir el pasado navegando a través de sus páginas, para que el viento de la historia no nos borre del todo.
Escribo para conmover como a mí me han movido el alma las letras de otros, para devolver aunque sea un poco de lo que he recibido a través de las páginas de los libros escritos por alguien más, para agradecer, para seguir y para detenerme en una idea y cavar profundo y ver hasta dónde me puede llevar.
Escribo para soltar lo que llevo dentro, para liberarme, para comunicar, para protestar, para denunciar, para informar, compartir y comentar, escribo para proteger con las letras, ¡cuánto poder cabe en ellas!
Escribo para acercarme a ti que me lees, para darme a conocer y, con algo de suerte, coincidir entre líneas con personas que compartan mi afición por las palabras. Escribo para hacer amigos, para contarte esas cosas que creo que te pueden interesar.
Escribo para entender la vida, porque al plasmarla en papel le encuentro la lógica a las cosas, escribo para atrapar el sonido de las palabras e intentar recrear con ellas el canto de la naturaleza, escribo para edificar, para construir, para crear un mundo más amable, al menos mientras dure la visita de un lector a mis escritos; que sea feliz ese ratito.
Escribo para viajar al infinito y más allá, para ser libre, porque solo la torpeza de mis dedos, que a veces no se mueven con la suficiente rapidez para atraparlas, se interpone entre mis palabras, mis emociones y la página en blanco.
Escribo para compartir con los amigos imaginarios de mi infancia, que aún hoy me acompañan, los que me dicen desde las páginas de mis historias qué rumbo deben seguir estas y en ocasiones me sorprenden con giros audaces, los que se embochinchan e intentan hacer o decir lo que se les viene en gana, los que hablan conmigo y por mi. Soy muy afortunada, cada vez tengo más.
Escribo para explicarme la vida, para pintarme una vida y, con suerte, llevar algo de color a las vidas de los demás.
Y tu, ¿para qué escribes?
